Aunque
Picasso tuvo una larga y variada vida artística, sin duda su etapa más
interesante fue la cubista.
¿De que se
trata esto del cubismo? Podemos empezar explicando que a diferencia de los
cuadros tradicionales en donde encontramos tres dimensiones: alto, ancho y
profundidad, en los cuadros cubistas la tercera dimensión desaparece. Todos los
objetos aparecen en un mismo plano. El cuadro cubista descompone la figura
ofreciéndonos distintos puntos de vista a la vez.
Conociendo esto empezaran a dibujar partes de la cara: ojos, cejas, nariz,
boca y orejas en diferentes posiciones, o sea, desde diferentes puntos de
vista: de frente y de los distintos perfiles.
Luego, tendrán que dibujar la silueta de una cabeza y pintarla. Una
alternativa es pintar con tempera las distintas partes de la silueta de la
cabeza. Para terminar, ir pegando sobre ella las diferentes partes del rostro
para obtener nuestro retrato cubista.
Otra
divertida opción es la propuesta de hacer otro tipo de collage. En este caso,
recortarán y pegarán una cara (o media cara) para después ir pegando un ojo,
una boca, la nariz, etc. y completar la imagen con recortes de revistas.
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